diciembre 24, 2010

Feliz Navidad

Hoy es un día de esos en los que me entra mucha morriña y solo pienso en quedarme en casa. Todo el mundo corre por las calles, todos tienen prisa, los regalos, la comida, los amigos, la familia. Se oye a los coches pitar, los mercados y supermercados están llenos de gente que compran como si el mundo se fuese a acabar, las colas empiezan a sacar de quicio a los que esperan, los empleados no dan abasto, todo es un sin vivir. Mientras yo escucho desde mi ventana los pitidos de los coches y los ruidos que una pequeña de un año hace cuando intenta mantener un conversación con su madre. DADADADADADADA, dice en voz alta. Si, le responde su madre. MAMA. Para mi es un sonido maravilloso. Una pequeña manteniendo las primeras conversaciones con su madre, porque yo las considero conversaciones. La niña habla, la madre responde. Que puede hacer más feliz a un padre o a una madre que ver que su hijo está feliz, está sano, vive contento. Que mayor regalo que el saber que su hijo está bien, que nada, hoy por hoy, puede hacerle daño. Es por los niños por los que la Navidad cobra más sentido, los niños y la familia. Familias que se reúnen para celebrar la Navidad.
No todos tenemos esta posibilidad de celebrar o de reunirnos con amigos o familias porque no todos las tienen. No todos están contentos o felices porque no todos tienen un techo, comida y seres queridos con los que estar. Por eso, doy las gracias a Dios, por tener un techo, tener familia y amigos y comida. No, no nos equivoquemos, no soy rica, no me ha tocado la lotería, por ahora, no soy una de esas personas con la vida hecha y resulta. Pertenezco a ese grupo de gente, o a ese alto porcentaje de personas en España, que no tienen trabajo, no cobro paro y no tengo ayuda. Pero doy las gracias por tengo todo lo demás y quizás lo más importante: seres que me quieren y a los que quiero. No me levanto todos los días y les digo que les quiero, discuto con ellos y a veces he deseado que se fueran a vivir a un pais extranjero pero les quiero y hoy es un buen día para celebrar ese sentimiento. No soy hipócrita, no creo que la gente deba ser sólo buena en Navidad, al contrario, deberíamos serlo todos los días de nuestra vida pero quizá es en estas fechas en las que parecemos más conscientes de ello. Por ello, hay que aprovechar esta oportunidad para bendecir y ser bendecidos, para amar y ser amados, para respetar y ser respetados, para recordar los buenos momentos que vivimos e incluso recordar los malos con alegría y para que todas aquellas personas que se encuentren solas, tristes, que no tengan a nadie, sepan que no están solas, yo sí me acuerdo de ellas.
Desde aquí, os pido a todos los que leáis esto, que durante unos segundos hoy, deseemos a todos sin excepción desde el corazón los mejores deseos y les mandemos mucho amor. Seguro que lo reciben.



¡Feliz Navidad para todos!

Valerie

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